Publicado en Blog alemán AMERIGRAFÍAS
El Valle del Mantaro, se caracteriza socioculturalmente por su aspecto eminentemente festivo y dionisiaco; solo la pandemia y las medidas de salubridad impuestas por el Gobierno han logrado paralizar, de forma inédita, el activo y constante calendario anual de las festividades del valle. Provoca sorpresa y estupor que el calendario festivo del Valle del Mantaro es bastante copado y constante durante todo el año.
Muchos discursos de romanticismo andino manifestaron que esta característica festiva del valle es una herencia colonial que se inició en el S. XVI por los peninsulares españoles; sin embargo, la realidad es distinta. Ese carácter festivo y dionisiaco del poblador del valle tiene un origen pre-hispánico, se ha mantenido constante hasta la actualidad y ha sido registrada en distintos momentos de su proceso histórico:
El cronista Estete cuenta que cuando Hernando Pizarro; el hermano mayor de Francisco Pizarro, llegó a Xauja (antigua ciudad los wankas) lo recibieron con un festín inimaginable, “[los wankas] no hicieron sino bailar, cantar y beber en un taki desenfrenado, celebrando la entrada de los españoles” (Espinoza, 1971, p. 71); así mismo, Espinoza (1971) narra otros episodios de festividades que se acompañaban de música, baile, canto y bebidas. En sus estudios sobre Huancayo, Arguedas (1977), citando a Manuel Pardo y Nemesio Raez, precisa que los pueblos del valle están llenos de fiesta y holgura, los terrenos producían hasta saciar las mesas y había sobreproducción de alimentos permitiéndoles trabajar pocos meses y festejar el resto del año. Manuel Pardo por su parte, aunque peyorativamente, dirá que el poblador del valle trabaja cuatro meses y se dedica a las fiestas y al trago durante los ocho meses restantes. Finalmente, en 2015, tras un estudio de la “felicidad” en Perú, el psicólogo Jorge Yanamoto dirá que Huancayo es la “ciudad la más feliz del Perú Moderno” (TEDx Talks, 2015), este título puede aplicarse al Valle del Mantaro en general.
Para Arguedas (2012), este carácter es suigéneris en el Perú y difiere de las festividades de otras regiones del Perú:
«El wanka guapea jocundamente, grita como un potro encencelado, baila zapateando como un acróbata, o llevando a su pareja con donaire, en el que el impulso interno estallará en un guapido o zapateo, se contiene merced a las formas de la coreografía que en el Mantaro no llega a la gravedad trágica de las danzas y música del Cuzco y Puno.” (p. 23)
¿Trabajar para hacer fiestas o hacer fiestas para trabajar?
Cuando migraron a la capital Lima, los hombres y mujeres de la sierra central, fueron ampliamente reconocidos por su carácter laborioso y esforzado. La migración masiva del campo a la ciudad, tuvo diversas motivaciones, Matos (1986) precisa que fue por la ampliación de la red vial, las modificaciones económicas que ensancharon el mercado interno en la década de 1940, el desarrollo de la minería en la sierra central, entre los principales, pero los picos más altos de migración se registran entre en el período intercensal 1972 a 1981:
La gran Lima absorbe una de las más altas proporciones de los migrantes del país, de los que abandonan su lugar de origen y hartos de la estrechez de la provincia buscan la oportunidad de un porvenir mejor. (p. 73)
Los migrantes del Valle del Mantaro, al retornar a sus lugares de origen, muestran su “éxito” participando en las fiestas no solo como espectadores sino también afrontando parte de los gastos; antes, durante y después del desarrollo de la Fiesta.
En el terminal de Yerbateros de Lima; en épocas de “carnavales” (febrero – marzo) y Santiago (julio – agosto), eran usuales las escenas de retorno masivo; en estas temporadas, por las leyes del libre mercado, los transportistas se aprovechaban de la ocasión para elevar los precios de los pasajes hacia Huancayo. Sin embargo, en la misma capital Lima también los migrantes del valle trasladaron sus festividades que usualmente se le denomina “Fiesta de residentes”. En marzo del 2015, participé de FRAMA; uno de los concursos de waylaśh más grandes en la capital, donde participan alrededor de 200 compañías de waylaśh y tiene una duración de hasta tres días. Inicia en un local en el distrito de Ate Vitarte y la final la realiza en el Parque de la Exposición. Podría decir que este evento es más masivo que los concursos de los distritos del sur del valle.
Julio Alfaro en su novela “Prestadito nomás” (1999), en una escena que lo ambientó en la Fiestas de San Jerónimo de Tunan, relata la forma en cómo un varón y una mujer wanka mostraban su relativo “éxito” al participar de una fiesta:
¿No te has fijado en los limacos, los paisanos que vienen para la fiesta de San Roque? Todos llegan con plata y la derrocha en comida y cerveza. Vienen bien vestidos y acorbatados. ¿No te das cuenta? Y las mujeres, ay, mamacita, qué apetitosas regresan, con tacos y minifaldas, oliendo rico y hasta más blancas. (p. 132)
Cada fiesta tiene un Sistema de Cargos especifico, el nombre del cargo principal o patrocinador varia de fiesta en fiesta, pero usualmente se les denomina “mayordomo, “caporal”, “piano”, o simplemente “junta directiva”. En un estudio de las festividades de la Tunantada en cinco distritos de la provincia de Jauja (2019) registramos diversos sistemas de cargos y patrocinios: En el distrito de Sausa (Jauja) las fiestas de mayo es dirigido por un “Piano” y una Junta directiva, adicional a ello tienen entre 100 a 200 personas que brindan su porte voluntario; a ellos se les denomina “brazos”. En el distrito de Huaripampa, la fiesta la afronta una Junta Directiva y delegados, a los patrocinadores se le denomina “Cabecillas”. El cargo principal de patrocinio es voluntario y es motivado inicialmente por la fe en algún “santo patrón”, pero lo que realmente motiva es construir un capital simbólico de prestigio y con ello ampliar sus relaciones sociales.
Volviendo al waylaśh, los directores coinciden que el waylaśh no es una actividad rentable ya que en el festejo no prima el lucro económico sino el de hecho fortalecer lazos de parentesco y ampliar las relaciones sociales. Por más que una compañía logre ganar todos los concursos no lograría recuperar lo invertido en la orquesta, comida y transporte. En 2015, en el concurso de Naciona Wanka; organizado por la municipalidad de Huancayo, la Asociación Cultural Folkloristas ganó un premio de tres mil soles, su director Luis Parra nos manifestó que esto lo reinvierten para la próxima campaña, en indumentaria, pago de orquesta o transporte de los bailarines, pero el premio no alcanza para todo, el aporte mayor lo hacen los mismos bailantes, amigos, familiares y simpatizantes, muchos de los cuales regresan de la capital y el extranjero solo para participar de esta festividad. Su hermano, José Parra, precisó que el waylaśh es una danza sobre la fiesta del trabajo en el campo.
Sobre la pregunta ¿Trabajar para hacer fiestas o hacer fiestas para trabajar?, desde el sentido común, plantearíamos justamente la primera opción; es decir, para afrontar los gastos de una festividad primero debemos acumular capital. Sin embargo, ocurre la otra opción, dónde lo económico tiene un papel secundario. En el Valle del Mantaro ocurre se hacen fiestas para trabajar, y tiene que ver, a decir de Bourdeau, con el “capital simbólico” de prestigio que son necesarios para reforzar y construir nuevas redes de parentesco (integración social) y ampliar las relaciones sociales, esto a su vez es la piedra angular para una economía más sostenible. No es casual que las festividades patronales son sostenidas y organizadas por una compleja red de parentesco y reciprocidad. Sobre las relaciones de reciprocidad hay de tipos simétricos y asimétricos. Hablemos del más usual: la reciprocidad simétrica, que consiste en un acuerdo mutuo entre dos partes donde intercambian servicios, una especie de “hoy por ti, mañana por mí”. Tiene diversos nombres según la localidad: “ayni” (zona sur), “uyay” (centro) o “waje” (norte). Así, los miembros de la parentela: amigos, compadres y familiares del patrocinador afrontan parte de los gastos.
En un estudio del “Akshu Tatay” en Cocharcas (distrito de Sapallanga) registramos el sistema del “uyay”: El “Akshu Tatay” es una fiesta agrícola del re-cultivo o segundo aporque cuando la papa está en plena a floración. A la chacra se convoca para trabajar a los amigos y familiares, quienes se solidarizan en el trabajo; sin embargo, ese trabajo debe ser devuelto cuando llega el día de trabajar la chachra del familiar o amigo. Este mismo sistema es ampliamente conocido en un rito de entrega de “regalos” denominado “palpa” o “palpay”, que no necesariamente es un regalo sino la devolución de un favor, esto lo abordó ampliamente Marcel Mauss en su “Ensayo sobre el don”.
No es usual que el patrocinador desista en afrontar con la responsabilidad de llevar a cabo una festividad; ya que el no hacerlo implica un repudio colectivo hacia la persona y su familia. En los casos de ausencia del patrocinador, la comunidad toma el control y de todas formas lleva a cabo la festividad:
Ocurrió en el 2016, en la fiesta de la Fajina de la Comunidad de Comas (Concepción). La persona que tumba el monte [en el rito de el “cortamonte”] se convierte automáticamente en padrino de monte o en patrocinador de la fiesta del año siguiente. Ocurrió que un joven no cumplió con llevar a cabo la fiesta, ese año la comunidad lo afrontó, pero al joven ni lo querían ver en la comunidad. (Conversación personal con Luis Delao, mayo 2020)
Los efectos de la pandemia
En mayo, el valle del Mantaro y la región centro, debía amanecer envuelto en medio de la orquesta típica que al son de Shapish (Chupaca), Jija, Solteritos (Jauja) y Chonguinadas (Tarma) celebre el firmamento de la Cruz del Sur, pero tras la pandemia y las medidas de salubridad impuestas por el Estado peruano, todas estas festividades se han paralizado dejando un panorama de incertidumbre para el sector de las industrias culturales y artísticas vinculadas a ellas; entre las más importantes: ferias artesanales, turismo, industria musical vinculada al Parque Inmaculada, industria de indumentarias y transporte.
Un panorama irreal para Huancayo, el Valle del Mantaro y la región central. Es un verdadero reto para las autoridades persuadir a los ciudadanos que estaban muy acostumbrados a las aglomeraciones y a las ferias masivas. Seguido por una implosión de la ciudad al campo. Aunque todas las festividades se han dado un respiro hasta nuevo aviso, lo que es impresionante es ese sistema de reciprocidad que sigue más que vigente en plena cuarenta, hemos sido testigos de cómo las municipalidades y comunidades se han organizado para ir al salvataje de familiares en la capital. Por ejemplo, en abril la municipalidad de Marco (Jauja) convocó a todos los pobladores para enviar alimentos a sus familiares en Lima hasta la zona de Canto Grande (Cardenas, 2020), logró acumular cerca de 40 toneladas que serán entregado a los hijos, tíos, primos y demás familiares de los marqueños que trabajan en Lima. Del mismo modo la municipalidad de San Pedro de Cajas (Tarma) llevó los productos al local de los “residentes sanpedranos” en Lima. Y así muchas otras municipalidades de la región.
Dicen que el virus nos ha desnudado como humanidad, que el Estado es insuficiente para afrontar la pobreza, salud y educación de calidad, ciertamente lo es, pero también ha develado otros sistemas, aunque imperceptibles, son muy eficientes para una subsistencia más festiva.
Referencias:
- Alfaro, J. C. (1999). Prestadito nomás. En Julio César Alfaro (San Marcos). Recuperado de http://www.librosperuanos.com/libros/detalle/4359/Prestadito-nomas
- Arguedas, J. (2012). Obra antropológica y cultural (Vol. 3; Editorial Horizonte, Ed.).
- Arguedas, J. M. (1977). Estudio etnográfico de la feria de Huancayo. En Cuadernos Universitarios de la Universidad Nacional del Centro del Perú (Ed.), Dos estudios sobre Huancayo (pp. 90-143). Huancayo.
- Cardenas, J. (2020). Vídeo de Marco (Jauja). Recuperado 15 de mayo de 2020, de https://www.facebook.com/jhon.cardenasmayta/videos/10216641622248230/UzpfSTEwMDAwMTI5NzkxNTY4MDoyOTIzMDU1MzExMDgxMDM3/
- Espinoza, W. (1971). Los huancas, aliados de la conquista: tres informaciones inéditas sobre participación indígena en conquista del Perú, 1558-1560-1561. Huancayo: Universidad Nacional del Centro del Peru.
- Matos Mar, J. (1986). Desborde popular y crisis del Estado : el nuevo rostro del Perú en la década de 1980.
- TEDx Talks [Canal de YouTube]. (2015). ¿Cómo promover la felicidad de los peruanos? | Jorge Yamamoto | TEDxTukuy – YouTube. Recuperado de https://youtu.be/mqoWD9X7-ys
Créditos de la imagen:
Autor: G. D. Vicente Torres
Título original: DE TAL PALO … TAL ASTILLA
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