Para Arguedas “es en el valle del Mantaro donde se ha realizado el proceso de transculturación más vasto y profundo de la población india en el Perú” (2012, pág. 27), esa característica sociocultural sirve de soporte para Joaquín Molina quien propone ampliar el concepto mismo de “estética” más allá de su carácter contemplativo.
En esta conferencia Molina se propone esbozar como hipótesis que el Valle del Mantaro se configura como una zona de contacto de longue durée, y que se conforma en función de las relaciones desiguales, en primera instancia, entre wankas e incas, luego entre españoles y wankas, y en la actualidad entre capitalismo transnacional y la identidad wanka lo que configura un espacio social de intercambios culturales, económicos y sociales que, a diferencia del resto del Perú, se ha dado de manera más simétrica que en otras zonas y que este fenómeno se manifiesta fuertemente en los objetos estéticos que allí se producen.