FORMAS DE VIDA EN LOS ANDES: UNA MIRADA DESDE LA ETOLOGÍA HUMANA [.PDF]
Uno de los aspectos que repercute especialmente en el análisis comportamental del hombre andino, en su forma de vida, en un contexto que constituye una gama de pautas diversas, es precisamente la percepción y la autorreflexión que posee sobre dicho comportamiento, y la consciencia de sí mismo, en contraposición con las demás que frecuentan en la vida cotidiana, regulando mecanismos de interacción social en un entorno de adaptabilidad. En este sentido, Martín (2016) afirma: «Los organismos vivos requieren mantener un constante equilibrio con su medio, para cumplir adecuadamente con su rol dentro del ecosistema» (p. 8). Frente a estas primeras impresiones sobre una investigación en desarrollo en la sierra sur de los Andes del Perú con sus peculiares formas de vida y motivación en los mecanismos internos de conducta, se manifiesta un entorno social caracterizado por la cohesión colectiva y la unidad doméstica de la familia, para ello, Manning y Stamp Dawkins (1992) aseveran que «los diversos factores internos que contribuyen a que un animal tenga una determinada conducta, suelen recibir el nombre de «motivación”»(p. 71). Esto da cuenta de que los comportamientos de los seres vivos están marcados por mecanismos intrínsecos que solo tienen explicación desde los postulados biológicos, y por qué no, etológicos.
Los comportamientos y acciones de los seres humanos que se han desarrollado en el transcurso del tiempo, están marcados por la adaptación[1] y en el caso particular de los andes al manejo de pisos ecológicos en verticalidad. En el nivel funcional de cada sociedad de estos pisos ecológicos, las personas interactúan de acuerdo a la necesidad de la supervivencia, por lo que era necesario la organización propia de cada comunidad y guía para un orden social cultural específico. En este sentido, Gómez y Colmenares (1994) señalan:
Que los polluelos sigan a su madre porque esto les suministra protección y alimento, es decir, porque el hecho de seguir a su madre (que los guía, los protege, los conduce al alimento, etc.) les hace más fácil la supervivencia en el entorno (p. 43)
Dicho de otro modo, existe un énfasis de organización desde las pautas peculiares a las más complejas, que están cohesionadas y estructuradas en la especie humana, considerando que dentro de una organización social existen instituciones que cumplen una función para regular las patologías humanas o sociales que se puede llamar estímulos señal, las cuales desempeñan la función de señales comunicativas, por ello, Seligman y Rosenhan (1984) viendo estas deficiencias en la sociedad toman la iniciativa fundamental de hacer el estudio sobre “conducta anormal dentro de la sociedad”.
El comportamiento humano en la actualidad en el contexto social de los Andes, repercute una multiculturalidad en transversalidad geográfica del modo de vida organizada, en sus formas diversas de expresiones culturales.
El comportamiento humano en la actualidad en el contexto social de los Andes, repercute una multiculturalidad en transversalidad geográfica del modo de vida organizada, en sus formas diversas de expresiones culturales. La convivencia comunal organizada está jerarquizada desde sus autoridades y jefes familiares en forma colectiva, esto afirma una trasmisión cultural, de la misma forma que las hienas y elefantes están organizados, por ejemplo: el grupo de hienas están conformadas por un jefe y cuando tienen cachorros, las hembras cuidan de sus depredadores, o si están fuera de su hábitat se cuidan formando un circular continuo, al igual que los elefantes a sus crías, le ponen dentro del grupo y avanzan en orden sin que se despegue su cría y, los machos van adelante imponiendo su talla y ferocidad. Por lo que es importante destacar que la cultura existe también entre animales por una acumulación de conocimientos que se pueden trasmitir genéticamente o a partir del cuidado de la cría, estar en un grupo, el lenguaje de comunicación, reconocimiento, entre otros. Sin embargo, en el hombre se ha desarrollado extremadamente de una forma muy elevada en acumulación de conocimientos, aprendizaje y de trasmisión con eficacia; gracias al lenguaje y a las relaciones sociales. Por lo general, los patrones fijos de conducta que tienen todos los seres vivos en la tierra sin distinción y, por coordinación hereditaria son movimientos instintivos o innatos, puesto que es el resultado de una adaptación filogenética a nivel motor, por lo que se trata de capacidades innatas de base hereditaria, que expresan en actividades de comportamientos. Para Sánchez (2014):
El niño recién nacido realiza movimientos hereditarios como el de búsqueda del pecho, el de succión, el reflejo de prensión de la mano, el de trepar, el de natación, el de andar y arrastrarse, el llanto y la sonrisa, que son movimientos de expresión (p.38).
En el desarrollo del trabajo de campo para la investigación “manifestaciones culturales en la relación hombre–naturaleza[2], reciprocidad[3] , etnografía sobre la cosecha de maíz[4], con agüita estoy vivo (yakuchawanmi kawsani)[5] y watuchis[6]” en diversos contextos sociales de cada región del Perú, en la Comunidad Campesina de Colcabamba, Huallhuaypata de la región Huancavelica; la Comunidad Santa Rosa de Huancapuquio en la región Ayacucho y la Comunidad Campesina de Uripa en la región Apurímac, se pudieron observar las expresiones explícitas e implícitas relacionadas con la lógica de vida diaria de los pobladores en las comunidades mencionadas, los comportamientos que son activados por impulsos internos y, por estímulos externos, esto afirma que estas comunidades tienen una lógica de vida muy particular de acuerdo a la estrecha relación con su entorno, manifestado en elevados niveles de percepción, costumbres y creencias, entre otros., puesto que conocen con detalle lo que tienen o existe en su territorio, un ejemplo claro se muestra en el siguiente testimonio “los pobladores en su comunidad conocen por tradicional o trasmisión oral colectivo de los lugares o parajes para el ganado y siembra, asimismo sobre la rotación de los cultivos, festividad, trabajo comunal, también de los lugares peligrosos o sagrados como el cerro, puquial, lagunas y el cortejo, lección, matrimonio, respeto a la comunidad, etc”. En ese sentido, los estímulos clave son señales de tipo visual, olfativo, auditivo y táctil que operan como desencadenadores de comportamientos como cortejo, apareamiento, acercamiento, alejamiento, reunión, huida, búsqueda de alimento, captura de la presa, defensa de un territorio, aviso, amenaza, agresión, etc. Por lo general, en nuestra sociedad se sigue practicando, aunque algunos han sido moldeados por la cultura dominante.
“los pobladores en su comunidad conocen por tradicional o trasmisión oral de los lugares o parajes para el ganado y siembra, asimismo sobre la rotación de los cultivos, festividad, trabajo comunal, también de los lugares peligrosos o sagrados como el cerro, puquial, lagunas y el cortejo, lección, matrimonio, respeto a la comunidad, etc.”
Estas condiciones de la comunidad que se han mencionado, son cambiantes a una adaptación individual colectiva, al igual que el animal tiene que aprender de la experiencia y de la misma forma la curiosidad y el juego en el hombre se basan en disposiciones innatas para el aprendizaje, aprendiendo distintas capacidades en la convivencia social, dicho de otro modo, están en una interacción constante de identidad grupal como en otras comunidades o poblaciones, y son complicados de conocer a fondo.
Los animales en la tierra están organizados en su hábitat, medio natural (territorio) de diferentes modos, de la misma forma que las comunidades campesinas están demarcadas en territorios, con un bagaje histórico cultural y al sometimiento de normas, donde ocupan un espacio todos los comuneros para autoabastecerse en la familia, la asignación y posesión de tierras comunales, la redistribución simétrica entre comuneros, respetando las normas de convivencia social en la vida diaria. Sin embargo, empeñadas a la divergencia del individuo que afecta en sí al otro individuo en la convivencia de la sociedad, poniendo en situaciones de entender los modos de comportamiento, percepción, costumbre, manejo de tecnologías y herramientas, y aun en los casos en que se encuentran pautas de conducta básicamente innatas, que son totalmente impermeables a la experiencia; en vista de la variabilidad de interacción del hombre se crean las normas, pautas de acción modales para regular y poner el orden social respectivo. Para ello Cavalli (2007) señala lo siguiente:
Existe, por tanto, un cambio continuo que siempre es de naturaleza estadística, dado que resulta muy improbable que todos acepten las mismas opciones, algunas innovaciones son más afortunadas que otras. La historia de la cultura, la historia de la innovación y la motivación que lleva a crear (p.23)
En cuanto al enfoque, el evolucionismo permite conocer poniendo pruebas fehacientes del grado más próximo de estructuras, aunque en alguno existan las limitaciones en dar propuestas con precisión del comportamiento humano por su interacción e influjo de la evolución cultural, por ello, sigue la impresión de investigar para posteriores abordajes de que todo ser vivo está en un grupo social determinado, en manadas, bandadas, jaurías, caballar, etc., y también en los himenópteros o insectos sociales como: la abeja, la avispa y las hormigas. Es decir, el hombre en cada etapa, estadio o proceso del desarrollo ha tenido cambios en caracteres morfológicos, fisiológicos y bioquímicos 11 demostrándose en la selección natural y en las conductas deliberadas la sensación y percepción, porque algunos son instintos propios de los seres vivos, que ha desarrollado para la autodefensa, la reproducción; el apareamiento. Se trata de la lucha por la supervivencia, organización, vida social, manejo de tecnologías y el instinto que guía la actividad innata o aprendida en la sociedad. Como se ha notado, la función masiva en diferentes aspectos del hombre andino, se diferencia por un aspecto importante, que merece respeto: hombre–naturaleza–animal en su entorno, sin afectar el espacio que ocupan, de lo contrario el ser humano reaccionaría innatamente, defendiendo a su familia, vivienda, territorio, recursos hídricos, entre otros.
A medida que el significado adaptativo y la historia evolutiva del comportamiento en el hombre se configura, por lo general, constituye un modo de vida equilibrado en bienestar del grupo social…
De la misma forma, el uso de herramientas de tecnologías, es de acuerdo al entorno de la realidad, atribuidos al esfuerzo colectivo de memoria que rigen el comportamiento de los hombres hacia sus semejantes del otro contexto de la sociedad que muestra una considerable divergencia, tamaño óptimo del grupo en función del rango, pues existe el subordinado y el dominante. Senar (1994) afirma: “Sin embargo, y bajo ciertas circunstancias, por ejemplo cuando el alimento es abundante o las temperaturas altas (i. e., no existe estrés energético), a los subordinados les puede ser más rentable abandonar de manera temporal el grupo para evitar una competencia directa con los dominantes” (p. 224). A medida que el significado adaptativo y la historia evolutiva del comportamiento en el hombre se configura, por lo general, constituye un modo de vida equilibrado en bienestar del grupo social y a través de la observación conductual en los experimentos de conductas de los animales que son más cercanos al humano, es decir, es el sistema de organización social conocido. Los psicólogos comparativos que menciona Fernández (1988) parten de una división entre instinto y aprendizaje o inteligencia esencial; en ese transcurso, vieron la evolución de los procesos mentales superiores y en qué medida y nivel cada especie tiene la capacidad de modificar su comportamiento en cada contexto, por medio del control de las variables que se adquieren en el laboratorio y por último, la psicología animal que es una síntesis de las dos corrientes anteriores, que estudia la conducta innata, por ejemplo: defensa de las crías que hace la madre, defensa del territorio, búsqueda de alimentos y cómo adquirirla, lo cual aprende a lo largo de la vida en la interacción social o de un grupo de comunidad en la experiencia, en el marco de referencia de la teoría de la evolución.
En ese sentido, la organización de la sociedad andina existe a partir de una jerarquía de niveles en organización, tanto en la escala de replicadores como de interactores, si se observa que hasta unos cinco mil años de antigüedad se indica la existencia de un macho dominante (el macho alfa) que era respetado por millones de subalternos, es decir, existe la selección genética, selección somática y la selección organísmica que interactúan constantemente en el medio natural, pero en años más recientes, se señala la existencia de hembras dominantes (la hembra alfa) 12 , es decir, el tamaño óptimo del grupo en función del rango que señala Senar (1994). Sin embargo, no se sabe con certeza si este cambio se ha dado recientemente en la especie (la presencia de hembras dominantes) o si fue pasado por alto o sesgada por los indagadores que se habían ocupado del asunto, ya que por lo general en la historia humana siempre hubo mujeres que gobernaron reinos o imperios con basta inteligencia.
En contraposición a lo que sucede en otras especies, por ejemplo, en los lobos, hienas, perros salvajes, aquí los sujetos dominantes no son los únicos en reproducirse, incluso parecen reproducirse menos que los dominados (Lorenz 1974). Esto ha llevado a una sobrepoblación de humanos, aunque no pueda ser invocada como la única causa. No obstante, el dominante mantiene su poder sobre millones, lo cual parece cosa de misterio, pues encontrándose incluso a miles de kilómetros, su figura es respetada y temida. Algunas sociedades han asociado esto con la divinidad, una distinción, con el hecho de que el dominante o la dominante fueron una especie de dioses capaces de castigar a distancia y saber lo que hacen sus súbditos aún sin estar presentes. En la sociedad andina, europea, asiática y africana fue dominada fuertemente por el varón en los desarrollos de grandes culturas, teniendo en cuenta la complementariedad con la mujer. En los registros arqueológicos humanos se muestra notoriamente que esto sucedió por lo menos en el pasado, a diferencia de los andes, fue la complementariedad en todo el desarrollo de la sociedad andina, aunque resulte difícil de demostrar ahora, pues las relaciones de dominio parecen haberse vuelto más sutiles en cierta forma, y más grotescas en otras. Por ejemplo, los dominantes en diferentes comunidades de los seres vivos mantienen ejércitos de lacayos armados con todo tipo de armaduras y se les ha visto dispersar furiosamente concentraciones de subordinados cuando el macho o la hembra dominante consideraron que esas concentraciones ponían en riesgo su supremacía.
De igual modo, el dominante o alfa ejerce su dominio directo sobre cierto número de individuos y a la vez, cada uno de ellos, lo ejerce sobre un número mayor, en una especie de pirámide de dominantes y dominados, una clara jerarquía de mandos hasta a actualidad. Es así como están resurgiendo otros albores de jerarquización del siglo XX buscando la equidad e igualdad de oportunidades, teniendo en cuenta la importancia del buen vivir en armonía como humano donde ocupamos la ecología.
En la cotidianidad de la supervivencia entre las abejas y las hormigas existen genes que determinan el comportamiento subordinado, o que destinan a una para ser la reina dentro de la colmena o el hormiguero, y a las otras para “obedecer” está dentro de la organización del ser vivo…
En la cotidianidad de la supervivencia entre las abejas y las hormigas existen genes que determinan el comportamiento subordinado, o que destinan a una para ser la reina dentro de la colmena o el hormiguero, y a las otras para “obedecer” está dentro de la organización del ser vivo, por ello resultará interesante tratar de saber si existe un gen o genes equivalentes en los humanos. Aunque de entrada clamen que ellos son mucho más complejos, resultados muy recientes prueban que si existen genes que influyen notablemente sobre el comportamiento humano y en otras, es la complementariedad de existir en la vida beneficiándose uno del otro. De hecho, estos sujetos, los que permanecen armados, parecen tener muy desarrollado el arco-reflejo, cuando algún individuo les arroja algo, o simplemente grita o hace manifestaciones de descontento, ellos de manera automática responden golpeando con la cachiporra o lanzando objetos, disparando, etc. Con toda estas formas de manifestación, se afirma que desde sus inicios, el hombre andino ha experimentado frente a la realidad física, agreste, accidentado geográfico las diversas dificultades, así se ha configurado para vivir adecuadamente, en sentido Darwiniano significa que ayuda al individuo en el proceso de adaptación al medio y surge de una evolución realizada a través de la selección natural, en tanto busca activamente tales desencadenantes y las oportunidades de descargar su energía impulsiva hacia un modo de actuar. Los modos de actuar corresponden a la agresividad humana en que se vive a diario, por lo que es fundamental resaltar que los tipos de agresividad no se diferencian por el objeto de la agresión, sino especialmente por la gran diversidad de manifestaciones externas en la interacción del comportamiento humano.
Notas
[1] Hace referencia a (1) cambios en frecuencias de genes que confieren ventaja reproductiva a una población en un medio determinado; y (2) cambios fisiológicos y socioculturales que mejoran la salud y el bienestar individuales. El concepto de adaptación es primordial en la ANTROPOLOGÍA ECOLÓGICA, aunque algunos estudiosos prefieren centrarse en la adaptación evolutiva y genética (un lento proceso demográfico que incluye procesos aleatorios de selección natural) mientras otros prefieren privilegiar los procesos históricos y de comportamiento.
[2] Tesis de “Manifestaciones culturales en la relación hombre–naturaleza en la comunidad campesina de Pucará–Huancayo”
[3] Tesis de “Reciprocidad desde una perspectiva del derecho positivo y consuetudinario en Uripa–Apurímac”
[4] Investigación sobre la cosecha de maíz en el distrito de Colcabamba – Huancavelica, publicada en la revista ethnologica 01, Editorial LliuYawar, 2017
[5] Investigación sobre “Con agüita estoy” en la comunidad de Huancapuquio del distrito y provincia de Vilcashuaman – Ayacucho publicada en la revista Ethnologica 02, Editorial Lliu Yawar, 2018.
[6] Investigación sobre los “Watuchis” o también llamado adivinanzas en la sierra sur y centro del Perú.